Casa en Bangalore, India
Arquitectos: Kumar La Noce
Fotógrafos: Vivek Muthuramalingam, Kumar La Noce, Nihaal Ramesh
Construida en un terreno compacto de 180 metros cuadrados, la casa se distribuye en tres niveles e incluye dos apartamentos interconectados; espacios de vida, trabajo y estudio para la familia de un ilustrador. El programa residencial se desarrolla en dos niveles, albergando en la planta baja una vivienda para los padres ancianos. El frente de la casa que da a la calle está revestido por una pantalla perforada de color azul claro. Al incorporar un sistema de paneles que se pueden abrir, esta pantalla permite que la casa respire y responda a los flujos de la naturaleza, la luz del día y las condiciones del exterior.
Los espacios diurnos, incluida una sala de estar de doble altura, están orientados hacia el este, filtrados por la pantalla, mientras que los espacios nocturnos dan a un exuberante jardín público en el lado oeste. Los interiores presentan una paleta austera: paredes blancas, cemento pulido y detalles mínimos en madera. Una excepción audaz viene en forma de una escalera iluminada por el cielo de color verde azulado.
El dormitorio de la hija en el primer piso cuenta con un balcón creado como una versión micro de la fachada frontal. El último piso de la casa tiene un estudio de música con puertas corredizas de vidrio que conducen a un patio a cielo abierto y una escalera que conduce a la terraza de la azotea. Este piso se ofrece a diferentes posibilidades: un programa abierto como espacio para eventos, espacio para talleres o para jugar.
La fachada de metal perforado se concibe como una “filigrana”; incorpora detalles simples pero sofisticados para conservar la "ligereza" del elemento.
Arquitectónicamente, la fachada está diseñada para expandir las áreas de estar de la casa más allá de sus muros. Desde el interior, la plataforma encerrada por la pantalla se convierte en una extensión de las actividades de la familia y sus estados de ánimo: abriéndose de lleno al exterior, de forma selectiva o cerrada por completo para crear un espacio privado bañado en luz moteada, suspendido entre el interior y el exterior. Desde la calle, la casa se convierte en una adición interesante y a veces provocativa a la serie de casas que se alinean a ambos lados, apiñadas una al lado de la otra. Compuesto como dos planos colocados en diferentes ángulos, la pantalla se percibe de manera diferente según el cielo que está reflejando, a veces un plano sólido, a veces una piel translúcida.
