Atienza Maure es un estudio de arquitectura con sede en Barcelona / Madrid y con proyectos a nivel nacional. Ambos son arquitectos graduados por la Universidad Politécnica de Madrid (ETSAM) y cursaron un año en la EPFL de Lausana, Suiza. Han ganado el premio de jóvenes arquitectos de Cataluña AJAC XIII a la mejor obra construida entre 2021 y 2022, con el edifico de viviendas Sardenya, y han participado en la exposición de ECOSISTEMAS ZIP celebrada en Madrid en 2022 con la rehabilitación del Priorato. También han impartido conferencias, como en la KADK de Copenhague en 2022, y actualmente son profesores de proyectos en la ETSALS de Barcelona.
¿Quiénes sois?
Somos un estudio de arquitectura joven que nació en 2018 prácticamente después de graduarnos en la ETSAM. Nos establecimos en Barcelona por la proximidad con las obras que empezamos ese año, pero hemos trabajado en todo momento entre Barcelona, Madrid y Burgos.
¿Quiénes componen el estudio?
El estudio lo componen Alonso Atienza y Miguel Ángel Maure y actualmente en el equipo está Jordi Prat. Hemos tenido la suerte de contar siempre con gente muy valiosa, como Pablo Hernando, Juan Muñoz o André del Río.
¿A qué os dedicáis? ¿Qué tipo de trabajo realizáis?
Nuestra práctica nace con unos encargos de construcción y rehabilitación de viviendas en Barcelona y en Trespaderne, Burgos. Dos de ellos, los edificios de Sardenya y La Mercè, los hemos desarrollado con la promotora Giag, quienes han confiado desde el principio en nosotros y con los que hemos tenido la suerte de crecer juntos. Por otro lado, nuestro nombre viene de una visión quizás algo nostálgica de aquellos estudios que admirábamos en la carrera y que actualmente se encuentran en declive frente a otros tipos de oficinas más corporativas. Queremos continuar con esta arquitectura elaborada desde el compromiso y la implicación total en cualquier tipo de trabajo que realizamos.
¿Cómo se desarrollan vuestros proyectos?
Partimos siempre de dos líneas de investigación: las condiciones climáticas, históricas y materiales del sitio y los procesos constructivos que observamos en cualquier lugar. Lo vernáculo y la técnica. Al salir de la carrera ninguno de los dos tenía casi ninguna experiencia previa en construcción convencional, por lo que fuimos absorbiendo las soluciones, muchas veces improvisadas, que nos encontrábamos en las obras. Nos fascina el ingenio y la simplicidad con la que los albañiles resuelven los detalles constructivos, que casi siempre desaparecen con los acabados, por lo que intentamos aprender de estos procesos y visibilizarlos en el resultado final. También nos interesa esas arquitecturas que se funden con el lugar aparentemente sin esfuerzo.
¿Qué recomendaciones darías a los que empiezan?
Nos parece fundamental que los arquitectos sigamos desarrollando un cuerpo de pensamiento adaptado a los retos contemporáneos, pero sin renunciar a esa parte material que conforma los espacios físicos en los que vivimos. En el contexto en el que nosotros crecimos, post-crisis del 2008, se ha acelerado el movimiento de repliegue de la arquitectura en detrimento de las grandes promotoras y los fondos de inversión. Participar solo en bienales y en la academia, aunque necesario, no nos parece suficiente por el compromiso social con el que entendemos la ciudad. Tenemos que aspirar a construir. Nos gustaría pensar que las generaciones futuras reconquistarán estos espacios y que sabremos convencer a la sociedad de nuestra utilidad para que las ciudades y el campo no queden a merced de intereses puramente económicos.
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
Las fotos de Sardenya, el edificio de persianas de madera en Barcelona, son de Lorenzo Zandri.
Las otras tres fotos, de Simone Bossi, son de la rehabilitación de El Priorato en Trespaderne, Burgos.
Retrato cortesía de los arquitectos