El arquitecto
Alberto Campo Baeza ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la Arquitectura, uno de los reconocimientos más importantes de esta profesión en España y que es otorgado por el propio gremio de arquitectura. El acto de entrega se celebrará hoy, 28 de noviembre, en el Hipódromo de la Zarzuela (Madrid).
En la valoración del jurado se destacó “la coherencia de la trayectoria profesional” debido a “la producción de una obra abstracta, racional y la atención a la percepción de la arquitectura, en especial, a la exploración visual de los espacios creados” y añadieron “la relevancia e influencia en su labor docente”.
Trayectoria profesional
La arquitectura es moderna, profunda y rigurosa, se ha publicado y expuesto por todo el mundo además de recibir premios de diversa índole. Se ha definido su obra como esencialista e incluso minimalista, pero él prefiere decir que es intensa. Alberto Campo Baeza destila todo lo accesorio hasta condensarlo en una idea capaz de ser construida. Como gran seguidor de la poesía y la literatura, todos los años comienza el curso recitando a sus alumnos los siguientes versos:
«En un grano de arena ver un mundo,
y en cada flor silvestre un paraíso.
Vivir la eternidad en una hora,
sostener en la palma el infinito»
William Blake
Sin duda, resume sencillamente su forma de pensar en la arquitectura. Asemeja su profesión con la poesía para hablar de la precisión, en Principia Architectonica, porque cuando se hace un poema las palabras son pocas, las necesarias y con una colocación precisa. Es decir, que cada uno de sus proyectos arquitectónicos tiene exactitud en todas las variantes que se presentan.
En una
entrevista en la revista Jot Down, especifica que aprendió de Juan Navarro Baldeweg una comparación que él hacía de una obra de arquitectura con un instrumento musical: “La música es aire, sin el aire no existiría la música: cuando las cuerdas vibran, cuando pasa el aire a través de la boquilla de la flauta o por los tubos de un órgano… es aire. Pues la arquitectura es luz. Efectivamente, el espacio es atravesado por la luz y aquello funciona, yo diría que suena cuando la luz lo atraviesa, de igual manera.” Con esta pequeña comparación se puede entender la importancia que Alberto Campo Baeza otorga a la luz en su arquitectura y de hecho, considera que “la luz es el material más lujoso que hay, pero como es gratis, no lo valoramos”. Para el arquitecto la luz es el detalle constructivo que conforma uno de los elementos más importantes con el que jugar en sus diseños y dotar al edificio de un alma incomparable, y esta es una de las razones por la que ha sido seleccionado por unanimidad del jurado como ganador de la Medalla de Oro de la Arquitectura 2019.
Obras arquitectónicas destacadas
- Caja de Granada
Se trata de una caja de hormigón y piedra que atrapa la luz del sol en su interior para servir a las funciones que se desarrollan dentro de ese “impluvium de luz”.
- Museo de la Memoria de Andalucía
Un patio central de traza elíptica en el que se desarrollan unas rampas helicoidales que conectan los tres niveles y crean una tensión espacial de gran interés. Y para rematar, emerge una fuerte pieza vertical.
- Casa del Infinito
Esta casa es capaz de detener el tiempo y además de permanecer en la memoria y en el corazón de los hombres. La casa que es un podio coronado por un plano horizontal superior frente al mar infinito.
- Domus Aurea
Creó un espacio diagonal resultado de concatenar dos espacios de doble altura, en el que la luz incide en una pared dorada que provoca una iluminación en toda la casa de este color.
En su
página web podemos realizar un pequeño viaje por su trayectoria profesional, que deja con pocas dudas su profesionalidad y dedicación. Como anécdota, Alberto Campo Baeza no ha construido un grandioso número de edificios pero, según una reflexión que él mismo refleja “Shakespeare escribió tan solo 37 obras de teatro”. El arquitecto ha dedicado mucho tiempo y precisión a cada metro cuadrado construido para alcanzar la excelencia en cada proyecto. Sin lugar a duda, no entenderíamos a Alberto Campo Baeza sin el trabajo que realizó con profesionales como Alejandro de la Sota o Julio Cano Lasso, y la influencia de su admiración por Barragán.