Tras varias experiencias educativas compartidas en diferentes contextos culturales, Office-Shophouse surge como una plataforma colaborativa a partir de un interés común en el entendimiento del diseño y de la educación en el diseño como un papel crucial en la transformación de la sociedad.
La oficina empieza a funcionar en 2018 tras una primera colaboración para la construcción de una cabaña de madera en Hungría, tras haber ganado el concurso Cabin Fever organizado por el festival Hellowood. Involucrados en la docencia a lo largo de diferentes periodos en la Escuela de Arquitectura de Umea en Suecia, en INDA Universidad Chulalongkorn en Bangkok y en KIT Karlsruhe Institute of Technology. En 2019 ganan dos premios en el concurso Europan en las localidades de Tuusula en Finlandia y Marsella en Francia. Actualmente llevan a cabo una serie de proyectos a diferentes escalas y en diferentes contextos, tanto a nivel local como internacional.
¿Quiénes sois?
Office-Shophouse es una oficina de diseño estratégico dirigida por Josep Garriga Tarrés (ETSAV, 2013), Patxi Martin (ETSAM, 2013) y Natalia Vera Vigaray (ETSAM, 2012).
¿Quiénes componen el estudio?
Nosotros tres trabajamos continuamente en proyectos de la oficina pero nuestra metodología de trabajo se basa en un intercambio continuo a través de la colaboración con agentes de otras disciplinas, múltiples equipos de arquitectura y con el contexto inmediato a través de diferentes exploraciones materiales y productivas. Gracias a estos intercambios logramos trabajar sin demasiadas ideas preconcebidas, manteniendo el input fresco y naive de un primer proyecto. Office-Shophouse lo componen todas aquellas personas con las que hemos colaborado para el desarrollo de algún proyecto y que de alguna forma u otra han contribuido en la evolución y el desarrollo del discurso de nuestro trabajo.
¿A qué os dedicáis? ¿Qué tipo de trabajo realizáis?
Creemos en la figura del arquitecto como un agente social, un mediador que concibe soluciones a medida para las necesidades diarias. Trabajamos con las manos, como herramienta de compromiso con la ciudad y su gente. Centramos nuestra atención no solo en la calidad de los productos finales sino en la de los procesos de producción y desarrollo de un proyecto, lo cual nos permite trabajar en múltiples escalas: desde el diseño de mobiliario hasta planes generales de desarrollo urbano y rural, tanto para clientes públicos como privados.
¿Cómo se desarrollan vuestros proyectos?
No tenemos un único espacio como oficina, está distribuida entre dos ciudades que están a 800km de distancia, las reuniones y herramientas virtuales siempre han tenido un rol crucial para el desarrollo diario de nuestro trabajo. Todos estamos involucrados en todos los proyectos, y cualquier decisión de diseño parte de una investigación sobre el contexto del proyecto. Somos una oficina en remoto y nómada. Esta situación nos hace explorar múltiples metodologías de trabajo y desarrollar cada proyecto según sus particularidades; al mismo tiempo está situación nos lleva a usar y probar otros espacios como posibles salas de trabajo y reuniones. Hemos tenido reuniones con clientes en jardines botánicos, en la playa, en bares, aeropuertos…
¿Qué recomendaciones darías a los que empiezan?
En estos tiempos que vivimos creemos que hay muchas formas de entender el rol del arquitecto/a en la sociedad, la formación recibida nos abre un muy amplio abanico de posibilidades, cada uno tenemos que hacer el esfuerzo de encontrar nuestra propia forma de concebir la práctica. Creemos que es extremadamente importante ser constante, propositivo y buscar oportunidades de proyecto en cualquier situación.
Y sobre todo no dejar de aprender nunca.
