Tienda AESOP, calle Consell de Cent 349, Barcelona
Arquitectos: Barozzi -Veiga
Fotografías: Marina Desinova, Simone Marcolin
La tienda de AESOP en Barcelona, recientemente inaugurada, ha sido un proyecto de descubrimiento y desnudez del espacio existente para revelar su esencia y el carácter minimalista de la empresa cosmética.
El proyecto se compone de unos pocos elementos, expresivos y precisos en su posición, utilizando sólo tres materiales: estuco en paredes y techos, terrazo en el suelo y acero bruñido en las columnas, el mostrador y la vitrina. Es un espacio sencillo y complejo a la vez, que aspira a ser sofisticado y cercano, y en cierto modo íntimo y monumental.
Desde la calle, un monolito de metal oscuro aparece de forma enigmática entre dos de las columnas del edificio en el que se encuentra la tienda.
Al traspasar su umbral, el visitante descubre un espacio de apenas tres metros y medio de ancho, doce de largo y cinco de alto.
El interior de la tienda se caracteriza por su gran escala y su estrecha circunferencia, los altos techos sostenidos por un trío de columnas, que contrastan con el mostrador de acero bruñido que se extiende a lo largo de una pared como elemento contínuo. El material permite que el mostrador se perciba como un elemento abstracto, ligero y aparentemente simple. Por otro lado, ocho bandejas, también de acero, de siete metros de largo, organizan la exposición del universo de AESOP.
Las columnas, las bandejas y el mostrador se colocan en el interior de la tienda buscando que el visitante pueda moverse libremente, atraído por la forma en que suceden las cosas. Los tres acompañan al visitante por toda la tienda hasta descubrir que el mostrador gira sobre sí mismo y forma una pequeña sala semicircular donde todo cambia.
En su interior desaparecen las líneas rectas, es un espacio envolvente, en el que la altura cambia radicalmente, y con ella la luz y la materia que compone la estancia. Un espacio sensual e íntimo donde puedes sentarte y tener una relación cercana con todo lo que te rodea.
