La sangre es imprescindible para la vida. Transporta oxígeno y nutrientes a todas las partes del cuerpo para que puedan seguir funcionando y dióxido de carbono y otros materiales de desecho hasta los pulmones, los riñones y el sistema digestivo, que se encargan de expulsarlos al exterior. También ayuda a combatir las infecciones y transporta hormonas por todo el cuerpo.
Pero además de su importancia vital, este tejido conectivo líquido tiene muchas interesantes curiosidades… Por ejemplo, ¿sabías que el oro constituye aproximadamente el 0,02% de la sangre humana? ¿O que hay personas que tienen la “sangre dorada”?
Rh nulo, el tipo de sangre más raro
Conocido también como “sangre dorada”, este tipo de sangre fue descubierto en 1961, en una aborigen australiana, y se debe a una alteración genética que hace que no se expresen los antígenos que se utilizan para clasificar los grupos sanguíneos. Solo lo tienen 43 personas en todo el mundo y, como los del grupo 0, son donantes universales, pero solo pueden recibir una transfusión de su mismo grupo. Es un tipo de sangre tan preciada que los científicos han tratado en más de una ocasión de rastrear la sangre guardada en bancos de forma anónima para poder dar con los donantes y emplear sus muestras en investigaciones.
Los distintos tipos de sangre fueron descubiertos, en 1901, por el patólogo y biólogo austríaco Karl Landsteiner que llegó a reconocer, por sus reacciones de aglutinación, tres tipos distintos de hematíes -trabajo por el que se le otorgaría el premio Nobel en 1931- denominados A, B y 0. Dos años más tarde, dos de sus discípulos, Alfredo de Castello y Adriano Sturli, descubrirían un cuarto grupo, al que llamaron AB.
En todo el mundo, el grupo sanguíneo más común es el 0 y el menos frecuente, el AB. En España, los más comunes son los grupos 0 y A (45% y 42% respectivamente), mientras que los grupos B y AB juntos representan únicamente el 13% de la población, proporciones similares en otros países europeos.
La primera transfusión sanguínea
La primera transfusión sanguínea exitosa a un ser humano la llevó a cabo el médico francés Jean-Baptiste Denys en 1667 que, sirviéndose de plumas de aves como cánulas, le transfundió a un joven sangre de oveja.
Sin embargo, los experimentos de Denys con sangre de animales provocaron tal polémica en Francia que, en 1670, se prohibieron las transfusiones. Al mismo tiempo, el Parlamento Británico e incluso el Papa hicieron lo mismo y durante casi 150 años no se realizaron más transfusiones de sangre. Hasta 1818, en que James Blundell, un obstetra británico, se convirtió en pionero al realizar la primera transfusión de sangre entre humanos con éxito para el tratamiento de la hemorragia posparto de una mujer. El donante fue su marido.
¿Sabías que tu donación de sangre salva 3 vidas?
Tu sangre, una vez analizada se divide en tres componentes: hematíes o glóbulos rojos, plasma y plaquetas, que se transfundirán a cada paciente en función de sus necesidades. Puedes donar 3 veces al año, si eres mujer y 4 si eres hombre, lo que supone un total de 12 vidas que puedes salvar al año.
Tras la donación, se recupera rápidamente la parte líquida de la sangre, ingiriendo una buena cantidad de líquidos (agua o refrescos), aproximadamente en las 2 horas siguientes a la donación. La parte celular (glóbulos rojos, plaquetas…) se irá recuperando gradualmente a lo largo de unas semanas.
Es importante destacar que la donación de sangre no incide negativamente sobre la salud de las personas ni las debilita, siempre que el médico compruebe el buen estado de salud del donante antes de la donación.
Un total de 1.097.070 personas donaron sangre en España durante 2020, lo que supone un 4% de los ciudadanos con edades comprendidas entre los 18 y 65 años. De este más de millón de donantes, para el 15% (160.383) fue su primera vez. Gracias a su solidaridad se pudieron realizar 1.804.500 transfusiones.