La cirugía nasal no es una práctica reciente. Ya aparecía descrita en papiros 2500 años a.C. y en tratados de medicina hindú, tiempo después, como técnica para realizar las primeras reconstrucciones faciales por heridas de guerra o penas que incluían la amputación de la nariz. En este último periodo hay una figura de referencia: el médico hindú Sushruta, autor del texto Sushruta Samhita, donde, entre otros procedimientos quirúrgicos, detalla reconstrucciones nasales tomando parte del tejido de la frente.
Los comienzos de la chirurgia decoratoria
A finales del s. XV y a lo largo del XVI varias epidemias de sífilis arrasaron Europa. Uno de los síntomas de esta enfermedad era el deterioro de los tejidos blandos, especialmente la nariz. Debido al estigma social que ocasionaba esta desfiguración nasal, comenzaron a desarrollarse técnicas de la llamada chirurgia decoratoria, siendo la más utilizada la consistente en tomar piel del brazo del paciente e injertarlo en la cara para conseguir una nueva nariz. Esta reconstrucción perfeccionada por Gaspare Tagliacozzi, en 1545, se practicó durante cientos de años hasta principios del XIX, cuando fue reemplazada por la piel de la frente -perfeccionada por Von Graefe-, una técnica que, con varias mejores se sigue utilizando hoy en día.
Sin embargo, no es hasta principios del s. XIX con las técnicas de reducción nasal en punta y giba mediante incisiones externas, del cirujano alemán Johann Dieffenbach, cuando se comienzan a asentar las bases de la rinoplastia tal y como la conocemos hoy en día.
Jacques Joseph, el padre de la rinoplastia moderna
El norteamericano John Orlando Roe avanzó un paso más en estas intervenciones realizando incisiones endonasales que evitaban las cicatrices que dejaba la técnica de Dieffenbach; hasta que Jacques Joseph, en 1904, se convirtió en el más destacado cirujano facial de su época y hoy en día puede considerarse el padre de la rinoplastia moderna. Dentro de sus aportaciones están la incisión intercartilaginosa, las correcciones de la columela, la resección del caballete en bloque, las osteotomías, etc. Sus técnicas de abordaje intranasal son la base de las intervenciones actuales y es también el responsable del desarrollo de la mayor parte de los instrumentos que se usan hoy en día.
La divulgación en Estados Unidos de la obra de Joseph fue realizada por los doctores Gustave Aufrich y Joseph Safian a través de sus publicaciones y libros, como la importantísima “Cirugía rinoplástica correctora”, de Safian.
Otro gran avance en la historia de la rinoplastia se la debemos al húngaro Emile Rethi, en 1934, cuya técnica de rinoplastia abierta o externa sitúa la incisión en medio de la columela, para mejorar la visibilidad de los cartílagos de la punta nasal. En cuanto a las correcciones funcionales hay que nombrar a Killian, alumno de Joseph, por su descripción hacia 1904 de la septoplastia submucosa y a Cottle por ser uno de los primeros en sentar los principios de la rinoseptoplastia en 1958.
Durante la segunda mitad del siglo XX comenzó a surgir el concepto de cirugía integral de la nariz, que englobaba tanto los problemas funcionales como los reconstructivos y estéticos. Desde 1980 las técnicas quirúrgicas han evolucionado mucho y en la actualidad este tipo de intervenciones no dejan cicatrices o apenas son perceptibles, además de tener un postoperatorio más rápido, con menos hinchazón y hematomas.
Hoy en día la rinoplastia trata de devolver la armonía facial al paciente adaptando su nariz a la estructura ósea facial de una manera personalizada. Su estudio no se realiza aisladamente sino en el conjunto, buscando el equilibrio con las diferentes partes del rostro.
