El ácido hialurónico es un polisacárido del tipo de glucosaminoglucano, es decir, un tipo de azúcar. Se encuentra de manera natural en los tejidos de nuestro organismo, especialmente en la piel, pero también en válvulas cardiacas, pulmón, humor vítreo, próstata, cordón umbilical, tejido esquelético, aorta y líquido sinovial.
Es el responsable de mantener el tono, textura e hidratación de la piel, de manera que mantiene hidratado el colágeno, que a su vez mantiene la piel elástica, hidratada y tonificada. Por lo que asegura una estabilidad, protección y renovación constante de la piel de los tejidos.
Una sola molécula de este ácido hialurónico puede contener hasta 1.000 veces su peso en agua, así pues, 1 gramo puede contener hasta 6 litros de agua.
Propiedades del ácido hialurónico
A medida que envejecemos, la humedad de la piel disminuye de manera significativa y va perdiendo elasticidad. El ácido hialurónico juega un papel importante en la salud de la piel con su capacidad única de mantener la humedad.
Entre sus propiedades destacamos:
- Hidratación: el ácido hialurónico penetra en la piel y une las células de esta con el agua infundiendo a todas las capas de los tejidos una valiosa humedad rejuvenecedora. Además, es capaz de controlar la humedad del ambiente circundante para proporcionar beneficios duraderos de hidratación.
- Aumento de la resiliencia: la piel es capaz de defenderse contra factores ambientales y contaminantes.
- Piel más tersa: a medida que aumenta la humedad, el ácido hialurónico tensa la piel del cutis y reafirma el contorno facial, dando un aspecto más juvenil.
- Textura más suave: permite una piel más lisa y sedosa.
- Menos arrugas visibles: se reduce el tamaño y la visibilidad de las líneas y arrugas estimulando a las células de la piel que produzcan colágeno y elastina, dándole más elasticidad.
- Estimulación de la regeneración celular de la piel: permitiendo crear una piel sana y vibrante.
- Pigmentación: reduce y previene las manchas de la edad y problemas de pigmentación.
- Claridad: gracias el equilibrio adecuado de la humedad en la piel hace que la producción de aceite disminuya e impida que se obstruyan los poros que dan lugar al acné.
Tipos de ácido hialurónico
Existen dos tipos de ácido hialurónico principalmente:
- Ácido hialurónico reticulado: es utilizado como material de relleno para dar volumen. Proporciona consistencia, rigidez y perdurabilidad en el tiempo. Se usa sobre todo en perfilado y aumento de labios, relleno de ojeras, relleno de arrugas, aumento de pómulos o marcación mandibular, entre otras.
- Ácido hialurónico no reticulado: es más ligero y su finalidad es proporcionar hidratación profunda. Si se combina con ciertas vitaminas y técnicas faciales o corporales, se intensifican sus beneficios.
Ácido hialurónico para la cara
A medida que envejecemos disminuye la producción de ácido hialurónico. Esto sucede a partir de los 25 años, por lo que, poco a poco la piel pierde hidratación y volumen y comienzan a aparecer las líneas finas y las arrugas.
No es de extrañar que uno de los tratamientos más demandados sea la aplicación de ácido hialurónico, al tratarse de un componente natural en la piel, los resultados son inmediatos dando un resultado de piel facial rejuvenecida y sin arrugas.
El proceso es mínimamente invasivo, de unos 30 a 60 minutos de duración y no precisa anestesia.
Ácido hialurónico para el acné
Las cicatrices del acné sufren una pérdida de volumen de piel dando un aspecto deprimido como consecuencia de una falta de colágeno y ácido hialurónico en la dermis. Gracias al uso de ácido hialurónico, las cicatrices se rellenan de manera inminente aportando volumen, además de promover la síntesis de colágeno. El resultado es excelente pero la durabilidad es limitada, de unos 6 a 18 meses.