Es posible que ya tengas algo de experiencia en trabajos aunque sea de becario o de prácticas en despachos de otros arquitectos. Pero has decidido a establecerte por tu cuenta y tomar las riendas de las decisiones. Las ventajas de esta opción son muchas, pero también debes tomar en cuenta los riesgos que conlleva.
En primer lugar, no necesitas meterte en un despacho de 100 metros cuadrados en una zona muy concurrida y llena de potenciales clientes. Esto ya no es así. Tú eres tu principal producto y eres tú el que te tienes que vender. Si no te conocen, nadie va a ir a ti. Por tanto, date a conocer para conseguir clientes. Pero antes, debes seguir los siguientes pasos burocráticos:
- Darte de alta en el RETA de la Seguridad Social o en hna
Ejercer como autónomo conlleva la obligación de cotizar a un sistema de previsión. Los arquitectos que trabajan por cuenta propia tienen la posibilidad de cotizar a un sistema privado a través de hna, la Mutualidad de los Arquitectos y Químicos, que ofrece respuestas en materia de previsión, ahorro, salud y seguros para cada etapa de la vida profesional y personal, tanto a ellos como a su entorno. Así, pueden optar entre cotizar a través de la Seguridad Social o con hna, que ofrece de manera más flexible y económica todas las coberturas necesarias y exigidas, así como asesoramiento personal. Y todo ello con las mejores condiciones económicas.
De este modo, a través del Sistema de Previsión Personalizado (SPP) de hna, los arquitectos superiores o profesionales del sector químico que ejercen por cuenta propia (autónomos) tienen una alternativa exclusiva a la cotización del Régimen de Autónomos de la Seguridad Social (RETA).
- Dar de alta tu actividad en tu ayuntamiento
Según la normativa del mismo, puedes ejercer como “arquitecto sin despacho” o tendrás que declarar una habitación en tu vivienda. De esto se deduce que no tienes que alquilar un despacho, de hecho, muchos profesionales trabajan el 70% haciendo visitas a clientes.
- Colegiarte es una opción recomendable
Tu colegio dispone de un fondo de recursos considerable para que no estés perdido, mucha formación reglada con descuentos para colegiados y departamentos especializados. Además, según para qué tipo de firmas de proyectos, colegiarse es obligatorio. Te recomiendo aprovechar al máximo los recursos de tu Colegio a cambio de las cuotas que les abonas.
Después de dejar lista la parte burocrática, te recomendaría (y es más, deberías haberlo hecho antes de empezar la parte burocrática) acabar de decidir qué servicios prestarás y qué problemas solucionarás. Los expertos no recomiendan proclamar a los cuatro vientos que haces de todo, porque es la especialización lo que marcará la diferencia. Por tanto, detecta una fuente de problemas habitual relacionada con la arquitectura y proponte convertirte en la solución. Existe la gestión, la rehabilitación, la eficiencia energética, el paisajismo, el cálculo estructural, etc.
Cuando hayas decidido por fin tu ámbito de influencia profesional, tienes que venderte. A través de una web, anuncios, plataformas, red de contactos, puerta fría…da igual el método, pero por muy bueno que seas en lo tuyo, si no vendes tu producto o tu persona, no facturarás.
Sé paciente: los primeros años por regla general son de plantar, plantar y más plantar, y solamente con el tiempo comenzarán a verse los resultados si has hecho las cosas con constancia e ilusión.
Tu objetivo es conseguir que tu rueda de contactos recurra a ti de manera inconsciente, por tanto, destaca, no hagas lo que hace todo el mundo, innova hasta en el trámite más trivial y aporta más de lo esperado. Por ejemplo, si tienes que enviar sobres con cédulas de habitabilidad a tus clientes, podrías rotular personalmente el nombre del cliente con sombreados, en vez de escribirlo mecánicamente, o imprimirlo. Con esto demuestras que te importa más que la media de profesionales. Hay millones de ejemplos para conseguir destacar y que te recuerden por pequeños detalles.
Finalmente, no te detengas en una formación permanente. La formación no solo sirve para saber y ser mejor profesional, sino que las enseñanzas de otros te hacen ganar en seguridad para dar una imagen más sincera y rotunda a los clientes.
El público, salvo un pequeño porcentaje, no necesita salvadores ni genios, sino personas de a pie que solucionen problemas.
Y, por último, pero no menos importante: lleva muy claras tus cuentas, lo que gastas y lo que ganas. Sé riguroso y sistemático en la organización de tus expedientes. Puedes encontrar consejos de Marketing para arquitectos aquí o esta guía para abrir tu propio estudio de arquitectura aquí.