La autoestima es el conjunto de pensamientos, creencias, percepciones y evaluaciones que hacemos hacia nosotros mismos. Es, en definitiva, la nota que nos ponemos a nuestra conducta, nuestra capacidad y nuestro valor. Y muchas veces es mucho peor de lo que nos merecemos.
Y es que somos muchos más exigentes con nosotros mismos que con los demás y nos exigimos tanto que somos muy dados a creernos inferiores a lo que en realidad somos. También, frecuentemente, consideramos que podemos lograr muchas menos cosas que las que en realidad podríamos ser capaces de conseguir. Puede parecer algo sin importancia, pero la forma en la que nos valoramos, influye directamente en cómo nos enfrentamos a los problemas y en cómo encaramos las dificultades. Esto puede ser determinante en los éxitos o en los fracasos de nuestra vida.
Cuando tienes la autoestima baja...
- No tienes seguridad en las cosas que haces.
- Necesitas aprobación constante.
- No te atreves a probar cosas nuevas.
- No estás satisfecho en cómo ejecutas tu trabajo.
- Te cuesta tomar decisiones unilaterales.
- Reconoces tus defectos, pero no tus virtudes.
- Te consideras poco atractivo para el resto del mundo.
- No te atreves a llevar la contraria y no haces valer tus derechos.
Así puedes mejorar tu autoestima:
- Habla bien de ti. Quiérete y reconoce todo lo bueno que sabes hacer. Es el primer paso para tener autoestima.
- Sonríe. El buen humor es contagioso y te llena de optimismo.
- Reconoce lo que no sabes hacer. Así descubrirás más fácilmente lo que SÍ haces bien.
- Ponte objetivos realistas. Así no sentirás tanta frustración y te animará a continuar.
- Coloca tus metas más cercanas. Si tu objetivo es a largo plazo te cansarás antes de conseguir nada concreto. Ponte logros más pequeños y cercanos para disfrutar de tus mini triunfos de vez en cuando.
- Supera tus miedos enfrentándote a ellos. Si necesitas ayuda para lograrlo, pídela. Puede que acompañado te cueste menos.
- Ofrécete a ayudar y los demás también te apoyarán cuando sea necesario.
- No quieras ser perfecto. Acepta tus errores y aprende de ellos para no repetirlos.
- Regálate momentos. Apúntate a alguna actividad que te satisfaga, ya sea deporte u ocio. Disfrutar de la vida también ayuda a mejorar la perspectiva de futuro.
- Cada día por la noche: Haz un repaso al día, acepta lo que ha ido mal, y alégrate y agradece lo que salió bien. Organiza el día siguiente y date ánimos a ti mismo. En poco tiempo esta rutina se instalará de forma automática en tu cabeza y te ayudará a ser más resiliente, asertivo y positivo.